Ligas franquiciadas en esports, ¿éxito o fracaso?
Las ligas franquiciadas están experimentando una corrección crítica para lograr una industria más robusta, capaz de crecer sobre fundamentos sólidos en lugar de promesas inalcanzables.
La semana pasada, la Call of Duty League anunció una nueva estructura organizativa que incluye una decisión significativa: la condonación de las cuotas de entrada pendientes para los clubes que no habían completado sus pagos. Recordemos que algunas de estas plazas se vendieron por cifras astronómicas, entre 20 y 40 millones de dólares hace seis años.
Este cambio nos ha llevado a evaluar el éxito del modelo franquiciado en ligas como las de Activision Blizzard o la LCS y la LEC de Riot Games. Aquí, el «éxito» se mide por el retorno económico, más allá de las métricas de audiencia, que deben traducirse efectivamente en ingresos monetarios para los clubes.
Hemos llegado a varias conclusiones importantes:
- Desafíos Financieros Iniciales: La mayoría de las entidades franquiciadas no pudieron pagar el fee completo de manera anticipada, optando por un pago inicial y financiando el resto a lo largo de una década.
- Venta de Plazas: Numerosos clubes han optado por vender sus slots al darse cuenta de que el retorno de la inversión no sería ni rápido ni medible en el corto a mediano plazo, continuando muchos de ellos con pagos pendientes hasta la fecha.
- Condonación de Deudas: La decisión de condonar las deudas restantes sugiere que el valor inicial de estas plazas fue sobreestimado, impulsado por un hype y expectativas que generaron un sobrecoste no justificado. Esta situación fue prevista por varios analistas del sector en su momento.
- Rendimiento Discrepante entre Regiones: Aunque el modelo franquiciado no ha justificado sus costos en muchos casos, la LEC en Europa presenta un ejemplo de un ecosistema que funciona razonablemente bien, contrastando con la falta de modelos de franquicias en otros deportes europeos.
¿Representa esto un retroceso o el fin del modelo franquiciado? La respuesta es negativa en ambos casos. Lo que estamos presenciando es parte de un proceso de ajuste necesario dentro de la industria. Al igual que otros aspectos como la monetización de audiencias y el reparto de ingresos por ventas de skins, las ligas franquiciadas están experimentando una corrección crítica.
Este ajuste era previsible, especialmente cuando Riot Games propuso un modelo de franquicias para Valorant sin coste alguno, señalando un cambio en la estrategia sectorial.
Los esports están más vivos que nunca; 2024 es un año de transformaciones profundas que, indudablemente, resultarán en una industria más robusta, capaz de crecer sobre fundamentos sólidos en lugar de promesas inalcanzables.